¿Cómo superar un divorcio y ir por adelante?
Son pocos los casos de los cónyuges que al momento de contraer matrimonio, lo celebran teniendo como uno de sus presupuestos probables un futuro divorcio. Pese a que la sociedad actual se halla sumergida en un proceso de reactualización de patrones y conceptos que por mucho tiempo se hallaron arraigados en el inconsciente colectivo, se mantienen aún, en espacios cada vez más reducidos, determinados prototipos sociales rígidos.
Tal es el caso de instituciones como la familia y el matrimonio. Es usual que en ese orden de ideas, la contracción de matrimonio implique la proyección de las personas unidas por el vínculo, a la formación de una familia que permanezca inalterada y dure lo que sus tiempos de vida lo permitan. Resultados distintos a estas intenciones, en tal sentido, generan situaciones de inestabilidad emocional, especialmente del cónyuge que tuvo que aceptar el resultado del proceso de divorcio.
Si bien la idea del divorcio no debe ser tomada con premura y poca reflexión puesto que lo contrario evidenciaría una actitud de evidente inmadurez, el divorcio no debe ser entendido como un fracaso definitivo en la vida sentimental, ni mucho menos familiar o social de la persona que la afronta.
Pedir ayuda profesional y participar activamente de una terapia psicológica a través de la cual el cónyuge afectado logre disipar y superar los temores propios de esta nueva etapa, influirán decisivamente en su recuperación. Y si el hecho de divorciarse no debe considerarse como el fin de una familia o el de la posibilidad de constituirla, mucho menos debe entenderse como el fracaso del proyecto personal de vida.
Lastimosamente, la sociedad se halla impregnada de ideas fantasiosas del amor y las relaciones que en la mayoría de las veces generan conflictos cuando se contrastan con la realidad. Tener presente estas imperfecciones hace que las rupturas, el divorcio entre ellas, se superen con mayor facilidad.
