Consecuencias si me divorcio

me divorcioEs muy común que las personas inmersas en el dilema de si iniciar o no un procedimiento de divorcio que disuelva el vínculo matrimonial que las ha venido uniendo a su pareja, se pregunten respecto a las consecuencias no solo emocionales sino también jurídicas, que tal decisión acarreará. Como se ha expresado en anteriores oportunidades, de la misma manera que al celebrar cualquier acto jurídico (el divorcio uno de ellos), se dan nacimiento, modifican, o extinguen una gama de derechos y obligaciones distintas o análogas a las que ya existían de manera previa a la celebración del matrimonio.

Con el divorcio, cesan los derechos de asistencia mutua entre los cónyuges, derechos de pensión alimentaria entre ellos (no respecto a los hijos en cuanto los hubiera), deber de fidelidad entre la pareja, entre otras obligaciones relacionadas estrictamente a la relación conyugal. Del mismo modo, se adquiere el derecho de volver a casarse sin incurrir por ello en bigamia.

En caso de que al celebrarse el matrimonio los cónyuges hubiesen optado por un régimen patrimonial de sociedad de gananciales (contrario al régimen de Separación de Patrimonios), luego de emitida la resolución que declara el divorcio (o la separación convencional dependiendo del caso específico) los cónyuges obtendrán en adelante la totalidad de derechos y acciones, respondiendo individualmente por sus deudas contraídas en adelante.

La situación se puede tornar un poco más complicada si dentro del matrimonio se han procreado hijos que al momento de iniciar el proceso de divorcio no cuentan con mayoría de edad o poseen discapacidad. En tal caso, resulta obvio que muchas de las obligaciones se mantendrán en favor de los hijos.

Como se puede apreciar, las consecuencias de un divorcio están supeditadas y condicionadas al caso específico salvo ciertas generalidades como las que se expuso. En tal sentido, ante el temor y la duda por parte de la persona que desea divorciarse, es recomendable buscar asesoría de un abogado especializado que absuelva cualquier interrogante.

¿Me divorcio o no?

Ya que nadie, o muy pocos, consideran al momento de contraer matrimonio, la posibilidad futura de divorciarse, tomar la decisión de hacerlo suele acarrear fuertes conflictos internos ocasionados por la inseguridad de los eventos posteriores. Aunque la sociedad actual se halla envuelta en un proceso de transformación de prototipos  arraigados en el inconsciente colectivo durante largo tiempo, alguno de estos (instituciones como la familia y el matrimonio por ejemplo) se mantienen aún de manera rígida influyendo constantemente en las decisiones que tomamos, desde las menos trascendentales, hasta las más importantes, dentro de las cuales podemos mencionar la decisión de iniciar un Divorcio.

Lo más recomendable ante la incertidumbre y duda respecto a iniciar o no un proceso de divorcio, es ponderar razonablemente los beneficios y perjuicios tantos si se mantiene el vínculo matrimonial, como si se disuelve a través de un proceso. La forma en la que se venga llevando la relación condicionará el resultado de esta reflexión. En caso exista intención mutua de solucionar el conflicto que ha desencadenado la consideración del divorcio como una posibilidad, la decisión en tanto recíproca, devendrá en favorable para ambas partes tanto si se decide conservar el matrimonio, como si en última instancia se prefiere su disolución. Se deduce que resulta más complejo el caso en el que una sola de las partes tiene la intención de iniciar un procedimiento de Divorcio, puesto que comunicar la decisión a la otra parte encarna un acto de voluntad adicional.

En este último caso, la asesoría de un especialista en soporte emocional, así como la de un asesor legal, podrían servir de  ayuda para disipar las dudas respecto a cada uno de los aspectos que encarna llevar a cabo un proceso de divorcio.

¿Se necesita de un abogado para un divorcio por mutuo consentimiento?

abogados de divorcioComo ha queda expuesto, se puede Solicitar un Divorcio por mutuo acuerdo o de muto consentimiento,  siempre y cuando hayan transcurrido más de dos años desde la fecha en la que se celebró el matrimonio y siempre que:

1.-La pareja no tenga hijos menores de edad o mayores con incapacidad al momento de presentar la solicitud de Divorcio; o en caso de tenerlos, haya determinado de manera previa el ejercicio de los regímenes de patria potestad, alimentos, tenencia y visitas; ya sea a través de conciliación extrajudicial o por sentencia judicial firme.

2.- Los cónyuges carezcan de bienes sujetos a Sociedad de Gananciales; o si los hubiera, que exista escritura pública de Sustitución o Liquidación del Régimen Patrimonial, inscrita en los registros públicos.

Más allá de los requisitos expuestos, no existen más condiciones legales para el inicio y desarrollo de un proceso de divorcio por mutuo acuerdo. La necesidad de un abogado viene dada por la propia decisión, lo suficientemente diligente, de las partes.

Resulta imprescindible la asesoría de un abogado especializado en derecho de familia en los supuestos de existencia de un patrimonio social. De la misma manera, influirá mucho la posición y trabajo que despliegue el abogado cuando se incluya en la discusión el régimen de patria potestad respecto a los hijos, lo que incluirá la pensión alimentaria, régimen de visitas y tenencia de los menores.

La elaboración de la minuta de la escritura pública de Separación de Patrimonios como requisito previo para el inicio del divorcio por mutuo acuerdo, así como la elaboración del proyecto de Conciliación Extrajudicial en los que se abordan temas relacionados a los hijos procreados, requiere de formalidades y detalles que solo un especialista en derecho podría vislumbrar.

En conclusión, si bien la ley que regula el procedimiento de Divorcio por mutuo Acuerdo no exige la presencia de un abogado en lo que refiere al trámite de impulso y desarrollo del caso, la delicadeza de los valores y derechos en juego nos exigen a tomar las más adecuadas medidas a fin de evitar cualquier problema sobreviniente indeseado para ambas partes.

¿Es obligatorio pasar por abogados por un divorcio?

Responder a una interrogante como esta implica en primer lugar, tener en cuenta que no se pueden tomar las mismas consideraciones en cualquiera de los tipos de divorcios que deseemos iniciar. Así, en un divorcio por mutuo acuerdo, existirá una mayor posibilidad formal (no material) de que se prescinda de los servicios de un abogado que en el caso de un divorcio por causal, en los que las exigencias formales tienden a ser una necesidad casi intrínseca. En tal supuesto, aunque la misma constitución señale la autodefensa material y procesal como uno de los derechos fundamentales en una sociedad en la que priman los valores del estado de derecho, la misma especialización del trabajo conduce a que en la actualidad los conocimientos técnicos, tal es el caso de los abogados, influya en el éxito o mejor posicionamiento de nuestras expectativas y derechos ante un tribunal.

En la actualidad, en muy pocos casos las partes, salvo el caso en que sean abogados por supuesto, se arriesgan a defender su interés en conflicto por su propia cuenta. Los planes y estrategias que el abogado puede desplegar en un proceso de divorcio superan materialmente los que el sentido común puede inducir en aquellos que desean auto tutelar y defender por sí solos, sin conocimientos técnicos específicos, su posición.

La asesoría de un abogado en tal sentido, pese a que la propia constitución no la considera como un requisito indispensable para solicitar la tutela jurisdiccional efectiva del estado a través de sus órganos judiciales, se convierte en una herramienta imprescindible en el logro de un resultado fructífero y exitoso.

¿Un divorcio sin abogados es posible?

divorcio abogadosUna comparación apropiada para resolver a esta interrogante sería la de la automedicación frente a una enfermedad. El sentido común, en casos contingentes, podría dar resultados parecidos a los que se habrían obtenido en caso se hubiese consultado a un médico especializado. Pero, ¿Cabría arriesgarnos en todos los casos?

Aunque la misma constitución señale la autodefensa material y procesal como uno de los derechos de todos los ciudadanos de la república, la misma especialización del trabajo en la actualidad obliga a buscar en los conocimientos técnicos de los profesionales el éxito o mejor posicionamiento de nuestras expectativas y derechos. Además de las restricciones materiales expuestas, algunas exigencias formales podrían alterar el desarrollo fructífero de un proceso de Divorcio en el que se ejerza la autodefensa puesto que el propio Código Procesal Civil (tal vez en oposición a la norma constitucional) exige que un abogado, colegiado y habilitado, firme determinados documentos a presentar dependiendo de la materia.

Una de las situaciones en la que más se vislumbra la necesidad de contar con un abogado en un proceso de divorcio, es cuando dentro del mismo se discutirá respecto al patrimonio social. De la misma manera, influirá mucho la posición y trabajo que despliegue el abogado cuando se incluya en la discusión el régimen de patria potestad respecto a los hijos, lo que incluirá la pensión alimentaria, régimen de visitas y tenencia de los menores.

Como se observa, aunque no existan restricciones legales más que de formalidad que impidan la tutela personal de los derechos en un proceso prescindiendo de los servicios de un abogado, la realidad nos demuestra que hacerlo podría conllevarnos a la pérdida de una posición ventajosa. Existen situaciones en las que el riesgo resulta muy perjudicial.

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