Me quiero divorciar pero tengo miedo
La decisión de Divorciarse y poner fin al vínculo matrimonial representa una de las cuestiones más difíciles que una persona debe afrontar respecto al futuro de su familia; principalmente cuando dentro de la relación han sido procreados hijos que al momento tengan minoría de edad. En tal sentido, resulta normal que la persona que haya decidido divorciarse experimente temor ante la incertidumbre de una situación que deberá afrontar. Dependiendo de las particularidades del caso y las causas que originaron la decisión, se deberán tomar las medidas adecuadas para evitar que el conflicto se complique dañando la integridad de todos los miembros de la familia.
A toda esta carga emocional se deberá sumar el miedo al rechazo social que una situación de divorcio genera, incluso en los ámbitos extendidos de la familia. La sociedad, pese a los cambios propios de la globalización y la modernidad, se ha mantenido un tanto conservadora respecto a instituciones como ésta.
Solicitar ayuda profesional tanto psicológica como legal contribuye a disipar las dudas y miedos generados. Por un lado un psicólogo puede significar un enorme soporte en el manejo de la situación emocional de los miembros de la familia, especialmente en el caso de tener hijos menores. Por otro lado, la asesoría de un abogado de familia aliviará la tensión alrededor de los trámites, muchas veces engorrosos, que se iniciarán para conseguir el Divorcio.
Con una asesoría eficiente y el apoyo incondicional de amigos o familiares, un proceso de divorcio no tiene que significar una experiencia traumática y dolorosa e incierta.